Comentarios culturales de un antiguo refugiado chileno de Valparaiso, ahora en Francia, Montpellier y como muchos otros, viviendo de milagritos...
Music is the Best, tal es su lema, aparentemente lo cree y aplica aqui :
* Spanish * French

30 diciembre, 2007

Horacio Quiroga


Horacio Quiroga:

a setenta años de su muerte.

Por.- Alejandro Michelena

Hace mucho tiempo que Horacio Quiroga –como escritor y como personaje– viene siendo estereotipado. Como en el caso de tantos artistas ubicados en el olimpo de los intocables, se tiende a abordar su figura y su obra desde una sola dimensión forzosamente esquemática. Se reiteran calificativos como “gran cuentista”, se recuerda una y otra vez su Decálogo conteniendo las reglas para escribir un relato, se insiste en su condición de “renovador”. Y en cuanto a la peripecia personal: se cargan las tintas en las razones que lo llevaron a retirarse a la selva, se exagera calificándolo de “solitario”, y se le considera una suerte de Thoreau rioplatense exiliado en medio de bosques semitropicales.

Todo esto, acumulado a través de años en infinidad de notas, ensayos y hasta libros de análisis, en lugar de aportar luz para mejor conocer al escritor, ha colaborado a ocultar la riqueza de facetas que tuvo su personalidad, que son las que explican el carisma original de su vida y el potencial de sus logros literarios.

Por suerte, Quiroga ha resistido mucho más que otros contemporáneos a un triste destino de bronce. Por esa razón resulta provechosa la aventura de abordarlo desde todos sus ángulos.

UNA URNA DE ALGARROBO

El 19 de febrero de 1937, Horacio Quiroga se suicida con cianuro. Tenía cáncer de próstata y en el Hospital de Clínicas de Buenos Aires los médicos lo habían desahuciado. Poco antes lo abandonó su segunda mujer, la bella María Helena Bravo, y se encontraba muy solo. La consideración de su obra literaria estaba pasando por una etapa menguante; las nuevas generaciones, encandiladas por los aires vanguardistas que entonces soplaban fuerte, lo habían dejado de lado.

De esa forma se cerraba el ciclo shakespeariano que había signado su vida, donde suicidios y muertes –de familiares y amigos cercanos– se fueron enlazando en un siniestro rosario.

El escritor fue cremado y las cenizas depositadas en una urna, tallada en una gran raíz de algarrobo por el escultor ruso Stephan Erzia –en ese entonces residente en Buenos Aires, y que había conocido a Quiroga en la peña del Café Tortoni–, en la que delineó su rostro, interpretando de manera precisa lo esencial del hombre y del artista.

La urna, por pedido expreso del escritor, peregrinó hacia su país de origen, Uruguay, recalando primero en Montevideo y viajando luego hasta la ciudad de Salto, donde había nacido en 1878. Allí se encuentra, ahora en el reciente museo que atesora sus manuscritos y primeras ediciones, ubicado en la que fuera la quinta de verano de la familia Quiroga, que se ha constituido en centro de estudio e irradiación de la obra quiroguiana de la mano de uno de los más persistentes estudiosos de la misma, el también salteño Leonardo Garet.

DEL DANDISMO A LA SELVA MISIONERA

En los tramos finales del siglo XIX, la ambición de aquel joven oriundo del norte del Uruguay que estudiaba en Montevideo era transformarse en poeta. Ya se había destacado en su ciudad natal, y en la región, por ser auténtico pionero de un nuevo deporte: el ciclismo. Por lo demás, era un perfecto dandy, como tantos que merodeaban cafés hoy legendarios como el Tupí Nambá y el Polo Bamba. Junto a algunos coterráneos estableció en la pieza que alquilaba el Consistorio del Gay Saber, tertulia literaria que junto al cenáculo rival liderado por el gran poeta Julio Herrera y Reissig – la Torre de los Panoramas– iban a perfilar las dos caras del Modernismo en la orilla uruguaya del Río de la Plata. Para Quiroga y sus amigos el referente era Leopoldo Lugones, el poeta argentino que estaba por entonces en el cenit de su prestigio.

El fruto de ese fervor poético inicial quedó plasmado en Los arrecifes de coral, libro de poemas de 1901 que en absoluto preludiaba el camino que más adelante iba a transitar. Un año antes había hecho su viaje a París, meca de todos los émulos de Rubén Darío en cualquier capital del continente.

El disparo accidental con el cual da muerte a su amigo Federico Ferrando clausura esta etapa, tan fugaz como despreocupada. Deja entonces sus veleidades líricas y se instala en Buenos Aires, vislumbrando ya otros rumbos literarios. En 1903 llega a la provincia de Misiones por primera vez, formando parte de una expedición de estudio encabezada por su amigo Lugones, y el impacto que le causa ese territorio todavía agreste, el clima cálido y la selva, determinarán su destino.

Tres años más tarde se instala allí con su primera esposa, Ana María Cirés, desandando el camino que lo había llevado al epicentro cultural que era entonces, como ahora, Buenos Aires. En lo literario estaba en camino de ser el narrador cabal que ha valorado la posteridad. Pero había algo más profundo todavía: al quemar las naves en cuanto a los paradigmas dominantes en el orbe Hispanoamericano –tomando distancia tanto del letrado de gabinete como del bohemio– asumía un rol inédito en estos países. Quiroga en Misiones y también en el Chaco, trabajando la tierra y luchando contra los elementos, asumiendo el riesgo y la aventura como un Jack London del sur, dedicado por etapas a las invenciones técnicas y a impulsar emprendimientos industriales variados, se torna –ya en la primer década del siglo pasado– en el ejemplo inicial a nivel Latinoamericano de “escritor-hombre de acción”.

MAESTRO DEL RELATO

Este camino vitalista, lejos de cualquier centralidad cultural, no alejará sin embargo al salteño de su vocación primordial. Se había propuesto ser un narrador y, más concretamente, un cuentista. Entre sus modelos, el primero es Edgar Alan Poe, iniciador del relato corto moderno.

La influencia del norteamericano se nota de manera evidente en Cuentos de amor de locura y de muerte, libro con el que llega a su culminación literaria a través del uso acertado del suspenso, de la síntesis ajustada, de la lograda economía de recursos, del sabio manejo del impacto, del sentido del ritmo y la perfección de las palabras. Sobre el título, el escritor Manuel Gálvez –primer editor de la obra– cuenta una anécdota ilustrativa en su libro de memorias, Amigos y maestros de mi juventud: “No quiso que se pusiera coma alguna entre esas palabras.”

Para comprobar la maestría del escritor en el género, basta con la lectura atenta de su cuento “A la deriva.” En el comienzo un hombre es víctima de una picadura venenosa; se mueve penosamente hacia su cabaña, con el pie muy hinchado y cada vez más débil; intenta llamar a la mujer pero su voz ya no tiene fuerza. Con el resto de energía que le queda, se arrastra hasta su canoa y deja que el río Paraná la lleve –justamente– “a la deriva”. El núcleo del relato lo constituye el contrapunto entre la descripción minuciosa –a través de imágenes que impactan– del proceso de envenenamiento, y la corriente confusa de sus recuerdos en plena agonía. Desde la primera línea el lector sabe que el personaje va a morir, y sin embargo la narración no deja de estar cargada de suspenso; éste surge del ritmo casi cinematográfico que el autor logró imprimirle.

UN ESCRITOR PROFESIONAL

Hay otro aspecto en el cual Horacio Quiroga fue también un adelantado. Ya en sus años misioneros, pero sobre todo luego de su retorno a Buenos Aires, viudo y con dos hijos, después del terrible suicidio de su mujer que muere envenenada luego de una cruel agonía. Fue uno de los primeros, entre los escritores de nivel, en vivir de su producción en el Río de la Plata.

Ya en 1911, en carta a su amigo Fernández Saldaña, le confiesa: “Vivo de lo que escribo. Caras y Caretas me paga $ 40 por página, y endilgo tres páginas más o menos por mes. Total $ 120 mensual. Con esto vivo bien.”

Para entender mejor este cambio, debemos tener en cuenta que en ese momento las aguas literarias fluctuaban todavía entre el paradigma tradicional –alguien de clase alta, escribiendo en las horas libres que le dejaba la política o la profesión jurídica–, y la novedad del literato bohemio (sentado en un café ante el pocillo humeante y sin dinero en el bolsillo). La vía elegida, inédita hasta el momento por estas latitudes, pudo ser posible en el marco del crecimiento de la prensa de entretenimiento –revistas y tabloides– al compás de una masiva alfabetización de los estratos populares.

Podríamos decir que el autor de Anaconda fue un bestseller en su tiempo, pero como bien se ha planteado lo fue “de calidad”. Esto no significa que toda la producción quiroguiana mantenga parejo nivel; muchos de sus relatos y gran parte de sus páginas se resintieron debido a la urgencia con que eran escritas. Pero también es cierto que los mejores no sufrieron menoscabo por aparecer originalmente en el soporte de prensa.

Como le había sucedido antes a su tan admirado Poe, el narrador uruguayo vio también condicionada la extensión de sus cuentos a las limitaciones de espacio. Pero igualmente, ese fórceps aparente iba a transformarse en acicate para el logro de una síntesis y concisión casi perfectas.

Muy pronto una nueva generación de escritores aprovecharía la senda abierta por Quiroga. El ejemplo más notorio fue Roberto Arlt, el narrador urbano por excelencia en los años veinte, que publicó sus Aguafuertes porteñas en el diario más popular de la historia argentina: Crítica, que dirigía el uruguayo Natalio Botana.

DEL ESPLENDOR AL OCASO

Cuando Horacio Quiroga se casa con la joven María Helena Bravo era ya un hombre maduro, admirado como escritor, que pasaba por una etapa de cierta bonanza económica. El matrimonio residió en Vicente López, barrio suburbano y residencial de Buenos Aires. Atrás había quedado el narrador que escribía casi a destajo, y también –en apariencia– aquella necesidad de vivir lejos de la gran ciudad. Sus libros iban apareciendo puntualmente con suceso sostenido, y su autor era ya una celebridad.

Sus vecinos pequeñoburgueses se escandalizaban al verlo pasar a toda velocidad en su motocicleta (no era habitual, en los años veinte y en las capitales latinoamericanas, que un señor dedicado a las letras tuviera ese tipo de aficiones propias de un joven sportsman). Si bien no de manera intensa, Quiroga cultivaba en ese tiempo la sociabilidad literaria: se le veía de tanto en tanto en algunas peñas, como la tan célebre del Café Tortoni, de Avenida de Mayo.

Por todo lo anterior, llamó la atención a muchos su decisión de volver a Misiones con su mujer y sus hijos, en 1932. Su obra más reciente había sido el convincente e intenso relato Pasado amor, publicado en 1929, y el nuevo alejamiento de la civilización daría como fruto un libro menor, Más allá (1935). Luego sobrevendría el silencio, y en poco tiempo se abatirían sobre el escritor la soledad, la enfermedad y la muerte.

25 diciembre, 2007

Baudelaire



Charles Baudelaire.

"El Cielo en la Tierra"

La Invitación Al Viaje...

Dentro de la serie "El cielo en la tierra", dedicada a utopías, milenarismos y sueños que hacen contraste con la ineficiente y errática "racionalidad tecnocrática", Rubén Moheno nos propone una relectura de "La invitación al viaje" de Baudelaire. Regresemos, pues, a "un país soberbio, un país de Jauja", un país para "visitar con una amante querida". En él crecen el tulipán negro, la dalia azul y "todo es limpio como una bella conciencia". Baudelaire tiene, como siempre, toda la razón: "Cada hombre lleva en sí su dosis de opio natural". La amada ideal es la sustancia de ese sueño que nace, muere y renace en el espíritu humano. El paraíso, la utopía, están en el otro. El otro encontrará su utopía en nosotros. Así será o nos hundimos en el odio y la suspicacia.

En los ensayos de Charles Baudelaire se afirma la idea de la unidad de la obra de arte como resultado de una composición: lo eterno e inmutable con lo transitorio y lo fugaz, ya que el arte es siempre lo hermoso expresado por la pasión, el sentimiento y la ensoñación de cada uno de sus creadores, y que a éstos se debe pedir, además, sinceridad.

Al reconocer que existen tantas bellezas como modos de buscar la felicidad (infinitos), se aproxima a esa noción de absoluto con una tesis de Stendhal, para quien "lo hermoso no es sino una promesa de felicidad". Baudelaire la aplica a la piedra angular del edificio de todo hombre: la mujer: ella es "una invitación a la felicidad". Ella es para él una luz, una mirada, es su andar; una palabra algunas veces, y, sobre todas las cosas, una armonía general, con todo lo que sirve para ilustrar su belleza como parte de ella misma: su arreglo, su maquillaje y su vestido. La unidad en la mujer es también una composición de lo invariable y lo fugaz, por ello sostiene las voluntades y los destinos suspendidos con sus miradas.

En su obra poética ?que es una sola con sus ensayos? señala otra unidad: la semejanza que encuentra entre la mujer elegida y toda una región; la correspondencia de esa mujer con un país descubierto y a la vez creado por Baudelaire. Ese lugar se encuentra en La invitación al viaje. Son dos famosos poemas con ese título y ese tema, uno en verso y otro en prosa. De este último presentamos aquí una versión al español.

Si toda traducción es un empeño utópico, ya que es imposible tocar todas las dimensiones del original, en cambio permite tener ante los ojos un modelo. Un modelo insuperable como este poema, hecho para el escape de un hombre y una mujer hacia la felicidad, y Baudelaire tenía mucho que decir sobre el amor entre un hombre y una mujer. La resonancia de La invitación al viaje llega a nuestro tiempo; su curso siempre se dispone a recalar en la actualidad. Acaso no ha perdido un solo instante de vigencia desde el día de su creación. Y la duración de una obra suele ser discontinua; hay periodos en los que nadie se ocupa de ella, a veces, cuando sería de más utilidad. Utilidad que se debe ?así lo señaló Paul Valéry? a su capacidad para ser transformada e interpretada mil veces, por hombres de distintas naciones, en diferentes épocas.

Mascarón de proa de su época ?y más nos vale saber que no todo lo del siglo XIX debe tirarse por la borda?, la obra de Baudelaire inicia la modernidad. Él es hijo de la ciudad moderna, donde no hay hacia dónde correr, porque la urbe es, de algún modo, todo lo que se encuentra al alcance del hombre: en ella se determina la suerte de los bosques y los ríos; sus leyes rigen los actos de los hombres dondequiera que éstos vayan. Y estamos lejos de sentir como Montaigne anotó: "casi siempre creo estar en mi lugar natural", porque una serena observación de la propia intranquilidad lleva a decir, con Baudelaire: "Me parece que yo siempre estaría bien allí donde no estoy." Es una línea de ese poema cuyo título indica un estallido del alma: "¡A cualquier parte fuera de este mundo!" Pero la desazón en Baudelaire se transforma en principio de conquista: la desesperación es sólo una pista falsa que el escapista deja tras de sí; La invitación al viaje señala el rumbo: allá, là bas.

Là bas no es una aspiración al más allá, sino una forma de iluminar este mundo. Es la expresión de una verdad originada en el alma de Baudelaire; verdad demostrable que perdura como región incontaminada. No ha sucedido así con otros refugios para poetas, como el de R.L Stevenson: "¿Quién va a refugiarse hoy ?preguntó Alfonso Reyes? en la ya urbanizada Samoa?, con su tráfago portuario..." Es que nadie puede recorrer ya los caminos que recorrieron ellos, ¿pero cómo renunciar a lo que buscaron?

Que la fantasía es indispensable para vivir en armonía con la naturaleza es otro de los significados que guardaba el là bas de Baudelaire. Y esa sola verdad asegura la vida del poema durante buena parte del siglo al que entramos.

¡Cuánto sentido tiene el señalamiento de la "dosis de opio natural" que todo hombre lleva en sí!, en una civilización acosada por las drogas ?y por su contraparte, la represión? que descubre las endorfinas. El matrimonio entre la honestidad y el lujo es un ideal que está lejos de extinguir su luz. Es un propósito vivo la doble composición de la unidad humana superior que forman el hombre y la mujer, como se muestra en La invitación al viaje.

[Rubén Moheno]


Es un país soberbio, un país de Jauja, se dice, que yo sueño visitar con una amante querida. País singular, anegado en las brumas de nuestro norte, y que se podría llamar el Oriente del Occidente, la China de Europa; tanto oficio se ha dado ahí la cálida y caprichosa fantasía, tan paciente y obstinadamente lo ha ilustrado con sus sabias y delicadas vegetaciones.

Un verdadero país de Jauja, donde todo es hermoso, rico, tranquilo, honesto; donde el lujo se da el placer de verse en el orden, donde la vida se respira suave; donde el desorden, la turbulencia y lo imprevisto no existen; donde la felicidad está casada con el silencio; donde la cocina misma es poética, fecunda y excitante a la vez; donde todo te asemeja, mi querido ángel.

¡Ah! Si tú fueras el poeta, y si yo fuera tu Cariño, amada y protegida siempre tierna, siempre sumisa, pero siempre soñadora y deseosa, yo te diría a ti, mi poeta y mi amigo: ¿Tú conoces esta enfermedad febril que se apodera de nosotros en las frías miserias, esta nostalgia del país, que se ignora, esta angustia de la curiosidad? Es una región que te asemeja, donde todo es hermoso, rico, limpio y honesto, donde la fantasía ha hilvanado y decorado una China occidental, donde la vida se respira suave, donde la felicidad está casada con el silencio. ¡Es allá donde hay que ir a vivir, es allá donde hay que ir a morir!

Sí, es allá donde hay que ir a respirar, soñar y alargar las horas por la multiplicación de sensaciones. Como se ha escrito La invitación al vals, yo quisiera que un músico de genio se encargara de escribir La invitación al viaje, para ofrecerla a la mujer amada, a la hermana de elección.

Sí, es en esa atmósfera que haría bien vivir; allá, donde las horas más lentas contienen más pensamientos, donde los relojes suenan la felicidad con una más profunda y más significativa solemnidad.

Sobre las maderas relucientes, o sobre las pieles doradas y de una sombría riqueza, viven discretamente las pinturas felices, calmas como las almas de los artistas que las crearon. Los soles ponientes que colorean tan ricamente el salón comedor o la sala, son tamizados por bellas telas o por esas altas ventanas que el plomo divide en numerosos compartimentos. Los muebles son vastos, curiosos, raros, armados de cerrojos y de secretos como las almas civilizadas. Los espejos, los metales, las telas, la orfebrería y la loza hacen ahí para los ojos una sinfonía muda y misteriosa; y de todas las cosas, de todas las esquinas, de las fisuras de los cajones y de los pliegues de las telas se escapa un perfume singular, un ligero perfume oriental que es como el alma del apartamento. Soles ponientes, que embellecen tan melancólicamente la recámara de la mujer amada, de la hermana de elección, ¿cuándo se pondrán en mi horizonte?

¡Un verdadero país de Jauja, te digo, donde todo es rico, limpio y reluciente, como una bella conciencia, como una magnífica batería de cocina, como una espléndida orfebrería, como una joyería abigarrada! Ahí afluyen los tesoros del mundo, como a la casa de un hombre laborioso y que bien ha merecido el mundo entero. País singular, superior a los otros, como el Arte lo es a la Naturaleza, donde ésta es reformada por el sueño, donde ella es corregida, embellecida, refundida.

¡Que busquen ellos, que busquen más, que reculen sin cesar los límites de su felicidad, esos alquimistas de la horticultura! ¡Que propongan precios de sesenta y de cien mil florines para quien resolverá sus ambiciosos problemas! ¡Que yo, yo encontré mi tulipán negro y mi dalia azul!

Flor imposible, tulipán reencontrado, alegórica dalia, ¿es allá, no es así, a ese país tan calmo y soñador que habría que ir a vivir y florecer? ¿No estarías encuadrada en tu analogía?, y, por servirme del lenguaje de esos libros que vagan siempre sobre mi mesa y que te hacen abrir tan grandes ojos, ¿no tendrías por espejo tu propia correspondencia?

¡Los sueños! ¡Siempre los sueños! Y más delicada es el alma, más se apartan los sueños de lo posible. Cada hombre lleva en sí su dosis de opio natural, incesantemente secretada y renovada, y, del nacimiento a la muerte, ¿cuántas horas hay ocupadas por el ocio positivo, por la acción exitosa y decidida? ¿Viviremos jamás, pasaremos jamás a ese cuadro que pintó mi espíritu, ese cuadro que te asemeja?

Esos tesoros, esos muebles, ese lujo, ese orden, esos perfumes, esas flores milagrosas, eres tú. Eres también tú esos grandes ríos y esos canales tranquilos. Esos enormes navíos que ellos acarrean, todos cargados de riquezas, y de donde remontan los cantos monótonos de la maniobra, esos son mis pensamientos que duermen o circulan sobre tu seno. Tú los conduces suavemente a la mar que es el Infinito, todo ahí reflejando las profundidades del Cielo en la limpidez de tu noble alma; y cuando, fatigados por la marejada y anegados de productos del Oriente, ellos vuelven a entrar en el puerto natal, esos son otra vez mis pensamientos que regresan del Infinito hacia ti.

L'invitation au voyage, del libro Le spleen de Paris. Esta traducción recoge variantes del poema de las ediciones de 1857 y 1861, como aparecen en Baudelaire, Œuvres Complètes, Gallimard, París, 1954. (N. del T.)

24 diciembre, 2007

Beatles on line


The Beatles en línea.
Los Beatles

La música de Los Beatles debería estar disponible en línea el año entrante, indicó Paul McCartney a un sitio web de música estadounidense.

"Solo falta ajustar detalles, pero estoy bien seguro que ocurrirá el año entrante, en 2008", dijo el músico a Billboard.com.

Los Beatles son uno de los últimos grupos musicales de renombre en no autorizar la difusión de su catálogo histórico en tiendas como iTunes y Napster.

McCartney dijo que la demora se debía a asuntos contractuales y la planificación por parte de todas las partes involucradas.

"Hay que hacer esas cosas bien", agregó.

Los álbumes de George Harrison, uno de los cuatro integrantes de la mítica banda, ya fueron publicados en línea el mes pasado.

Eso quiere decir que ya es posible conseguir en línea música por los cuatro Beatles como solistas.

Se cree que la firma EMI estaba cerca de difundir el catálogo histórico de los Beatles como descarga digital desde febrero, cuando la disquera del grupo, Apple Records, llegó a un acuerdo en un prolongado pleito de propiedad intelectual con el gigante informático Apple.

21 diciembre, 2007

Militares en cana

Chile: cárcel para ex militares.
Augusto Pinochet (dcha)
Miles de personas fueron asesinadas durante el régimen de Pinochet.

Un tribunal de apelación chileno ordenó la encarcelación de tres ex
militares por el asesinato de una pareja en un hecho ocurrido en 1973, tras el derrocamiento del presidente Salvador Allende.

El brigadier retirado Fernando Polanco Gallardo y los ex suboficiales Luis Fernández Monje y Héctor Vallejos Birtiola recibieron sentencias de diez años cada uno.

Los tres fueron hallados culpables de la muerte del ciudadano argentino Bernardo Lejderman y su esposa mexicana María del Rosario Ávalos Castañeda, ambos simpatizantes de Allende, cuando intentaban escapar de Chile después del golpe de Estado que llevó al general Augusto Pinochet al poder.

El caso se abrió por una demanda entablada en el año 2000 por el hijo de la pareja, Ernesto Lejderman Ávalos, contra Pinochet y otros miembros del ejército por los delitos de "homicidio, asociación ilícita genocida e inhumación ilegal".

Castigos

La corte también ordenó al fisco chileno el pago de US$600.000 a Lejderman Ávalos, quien contaba con apenas dos años de edad cuando presenció el asesinato de sus padres.

Tras quedarse huérfano Lejderman Ávalos fue llevado a un convento católico y posteriormente entregado a sus abuelos en Argentina.

Se estima que miles de opositores fueron asesinados, torturados y forzados al exilio durante el régimen de Pinochet (1973-1990).

Tras investigarse muchos de los casos cientos de militares, incluyendo más de 50 generales, han sido sentenciados por violaciones a los derechos humanos.

14 diciembre, 2007

Chancho Rock


Chancho en Piedra se presentará el 20 de diciembre en ''Cantata Rock''.


Trabajo ha sido preparado durante todo el año por la agrupación musical, que ha sumado a integrantes de Quilapayún y de Inti Illimani histórico.

Con el objetivo de realizar un homenaje a las víctimas de la matanza ocurrida en la Escuela Santa María de Iquique en 1907, el Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) convocó a los jóvenes a participar de la "Cantata Rock", que ofrecerá el grupo Chancho en Piedra el próximo jueves 20 de diciembre.

La presentación de la "Cantata Rock Santa María de Iquique" a las 20 horas en el Paseo Bulnes, al llegar a Alonso Ovalle y su acceso es gratuito.

El trabajo ha sido preparado durante todo el año por la agrupación musical, que ha sumado a integrantes de Quilapayún y de Inti Illimani histórico y al actor Patricio Pimienta, quien estará a cargo del relato de la creación.

Según el director del Injuv, Juan Eduardo Faúndez, este evento “tiene por objetivo reunir a la juventud en torno al recuerdo de una tragedia de nuestra historia, para que creemos la conciencia que hechos como los ocurridos en Iquique hace 100 años, no vuelvan a suceder, queremos mantener la memoria histórica”.

“Optamos por hacer esta versión rock con los Chancho en Piedra, para atraer a la juventud pero para que también puedan concurrir adultos, para que en conjunto disfruten de este homenaje a las víctimas de la matanza, en recuerdo de los trabajadores y sus familias, que murieron luchando para que su voz fuera escuchada”, afirmó.

10 diciembre, 2007

Franz Kafka


"Kafka no va a la playa"

Por.- Carlos Fuentes

Carlos Fuentes analiza dos recientes títulos latinoamericanos sobre la vida y la obra de Kafka: El daño, de Sealtiel Alatriste, y el ensayo inédito del filósofo chileno Martín Hopenhaym, titulado provisionalmente ``Crítica de la razón irónica''. ``El poder literario de Kafka deriva de un hecho: sus ficciones describen a un Estado que hace eficaz su propia ficción'', afirma el maestro Fuentes y nos advierte que ``es posible que Kafka sea el profeta del poder en el siglo XXI''. Tomando en cuenta las maneras de hacerse invisible que el actual poder tiene, no sería raro que la teoría de Fuentes tuviera un terrible aire de profecía.

Has leído a Kafka?'', me pregunta Milan Kundera. ``Por supuesto'', le contesto. ``Creo que es el escritor indispensable del siglo XX.'' Kundera sonríe socarronamente: ``¿Lo has leído en alemán?'' ``No.'' ``Entonces no has leído a Kafka.''

La reflexión de Milan Kundera sobre la excelencia intraducible de la lengua alemana empleada por Kafka admite ya, en castellano, una notable y muy honrosa excepción. La traducción de Miguel Sáenz (Franz Kafka, Obras completas, Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, Barcelona) es de tal manera espléndida que dudo mucho le afecte la ironía de mi amigo Milan. Simultáneamente, la obra de Kafka ha merecido dos homenajes latinoamericanos. Uno es el de la novela del mexicano Sealtiel Alatriste, El daño, publicada por Espasa. El otro es el ensayo inédito ``Crítica de la razón irónica'' del filósofo chileno Martín Hopenhaym.

Alatriste le da un giro insólito a la leyenda patriarcal de Kafka para trasladar a la madre una presencia piadosa y un influjo de misericordia que consiste en callar para que el hijo hable. Ella abandona su vocación musical para dar paso a la vocación literaria del hijo. Sabe, sin embargo, que mientras ella tocaba la viola, su hijo escribía La metamorfosis. En el acto de escribir hay un divorcio entre la madre y el hijo. Antes, durante la niñez y la adolescencia, madre e hijo se contaban sus sueños. Cuando Franz empieza a escribirlos, la madre se da cuenta de que ``no me parezco en nada a la madre de tu infancia''. El hijo se ha vuelto un extraño y la madre se lo reprocha en silencio. ``A un hijo no le está permitido [...] exponer con tanta crueldad los sentimientos de sus padres, mucho menos apropiárselos y hacerlos pasar por propios.'' La madre lee al hijo extraño y se vuelve extraña. El hijo es ``otro''. Es un ladrón de personalidades ajenas. Es un escritor. Pero al robarle la personalidad a la madre, ¿no le ha dado el amor, posesivo y hasta destructivo, de hacerla más suya que nunca?

Alatriste es dueño de una prosa serena que se sitúa a medio camino, con asombrosa eficacia, entre la extrema despersonalización de las novelas de Kafka y la intimidad solipsista de los Diarios del escritor. Este tema lo recoge Martín Hopenhaym, el brillante filósofo chileno que es una de las cabezas (en todos sentidos) del pensamiento hispanoamericano.

Los Diarios, indica Hopenhaym, le dan a las novelas la resonancia subjetiva de la cual éstas carecen. No hay ninguna interioridad en la ficción de Kafka. Los Diarios, en cambio, son la resonancia interior de pasiones externas. Esta es una complementariedad angustiosa, toda vez que los protagonistas de las novelas son héroes de la razón. Sufren por estar marginados de la razón. Pero no entienden las ``razones'' que los marginan. Su ``racionalidad'', entonces, consiste en disolverse en un sistema indiferenciado y verse a sí mismos fuera de los procesos de formalización de la vida social.

De allí la extraordinaria escenificación kafkiana de la relación entre el individuo y el poder -sin duda, la más lúcida, la más inquietante y la más actual que se haya escrito en los últimos cien años.

El individuo en Kafka es un parásito, escribe Hopenhaym, que quisiera dejar de serlo pero que, a pesar suyo, revela el mundo de parásitos que el sistema requiere para ejercerÊel poder. El ``héroe'' kafkiano sólo quiere ser acogido por el poder. Pero al someterse al poder, rasga sin quererlo la máscara del poder. El ``héroe'' kafkiano, gracias a su torpeza, no a su inteligencia, revela el fondo arbitrario del poder. En Kafka, el Emperador no es desvestido por un crítico del Emperador. La desnudez del poder es revelada en la imposibilidad que tienen sus sujetos de descifrar los designios del poder.

El poder literario de Kafka deriva de un hecho: sus ficciones describen a un poder que hace eficaz su propia ficción. En El proceso, como en El castillo, Kafka describe un vacío de poder que se presenta como algo plenamente colmado. Conocemos la mentira que usurpa el poder pero, aún sabiéndola mentira, asistimos estupefactos ante la representación que la disimula. El poder en Kafka ejerce su dominio por pura virtualidad. Las autoridades del Castillo se mantienen siempre intactas porque son sólo potenciales. La víctima del poder, en consecuencia (José K, el Agrimensor), imagina un poder proporcional a la fuerza de su ausencia. La regla de la regla del poder es la incertidumbre respecto a su aplicación.

Al morir en 1924, Franz Kafka no podía predecir, con puntualidad de historiador cronológico, que diez años más tarde su infernal imaginación del poder se volvería la realidad histórica del poder. Pero al arribar de noche a arrestar sin razón ni disculpa a sus víctimas, la Gestapo o la NKVD estaban arrestando a Franz Kafka. ¿Hay algo más kafkiano que el arribo a Minsk, en 1937, del Camarada Comisario I.V. Kovalev para asumir sus funciones y encontrarse unas oficinas absolutamente vacías porque su predecesor y la totalidad de los funcionarios habían sido ejecutados como traidores a Stalin? Mijail Koltsov, el corresponsal de Izvestia durante la guerra de España, declaró, kafkianamente, que si Stalin lo declaraba a él, Koltsov, un traidor, Koltsov lo creería, aunque no fuese cierto. Y en efecto, Kolstov fue encarcelado y ejecutado como parte de la cuota de arrestos que la policía secreta debía cumplir para satisfacer al dictador, a sabiendas de que ellos mismos, los verdugos, acabarían siendo las próximas víctimas de la paranoia estalinista.

Pero Kafka no es un politólogo. Es un escritor. Lo cual significa que, al contrario de lo que puede suceder en la historia política, en la historia personal y sobre todo en la imaginación personal, tiene lugar un drama de dudas, cegueras, ambivalencias y mudas heroicidades que se complementan, en el espacio de un dormitorio, de una oficina, de un lecho, con el ejercicio del poder.

Gregorio Samsa, en La metamorfosis, se convierte en escarabajo, no sólo para huir de su padre sino para huir del gerente, del comercio, de los burócratas, nos indican Felix Guattari y Gilles Deleuze en su célebre estudio Kafka: por una literatura menor. Hopenhaym añade con perspicacia: Samsa el escarabajo no es totalmente escarabajo. Sigue pensando. La conciencia usa al cuerpo como pantalla a la vez que lo encarcela. Si en ello hay ironía, se debe a que lo propio de la ironía es sacarnos de contexto y abrir un abismo entre el mundo y el yo. El vacío se convierte en el nexo entre mundo y yo. Es decir, la ironía, concluye brillantemente Hopenhaym, es ella misma metamorfosis. La ley está loca pero es la ley. Y una representación inagotable del deber impide a Samsa, a José K, el Agrimensor, cumplir con el deber. Serán, por ello, castigados.

Si Franz Kafka le dio un rostro a los horrores del poder en el siglo XX, es posible que también sea el profeta del poder en el siglo XXI. Aquél se hizo visible, demasiado visible, en el Auschwitz de Hitler y en el Gulag de Stalin. Hoy, el poder ha aprendido las maneras de hacerse invisible, contando, más que nunca, con que la propia víctima le otorgue fuerza al poder.

A veces, en las playas españolas donde paso parte del verano, escudriño las lecturas estivales de los vacacionistas. Me sé de memoria a los autores: Tom Clancy, Michael Crichton... Cuentan una y otra vez la misma historia. El lector pasivo lo sabe y lo agradece. Todo lo sorprende porque nada lo ha hechizado.

A veces, me encuentro con la sorpresa de lectores de playa y piscina que están leyendo, en años pasados, a un Premio Biblioteca Breve como Jorge Volpi o a los Premios Alfaguara, Manuel Vicent y Clara Sánchez. Este año, no lo dudo, encontraré muchos lectores de La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa.

Pero, invicto, seguiré buscando al aguerrido lector o la irreductible lectora que se lleva a la playa las Obras completas de Franz Kafka. Es cierto: el autor checo puede provocar un eclipse solar y una marejada que convierta a los hoteles en castillos de arena... Y a los bañistas en escarabajos.

07 diciembre, 2007

Chris Cornell


Ex Soundgarden Chris Cornell se presentará por primera vez en Chile.

El músico estadounidense se presentará este lunes 10 de diciembre en Espacio Riesco. El valor de las entradas fluctúa entre los 18 mil y los 25 mil pesos.

Reconocido no solamente por su trabajo como solista, sino también por su trayectoria en bandas como Soundgarden y Audioslave, Chris Cornell ofrecerá su primer y único concierto en Chile el próximo 10 de diciembre.

Luego de la presentación de los teloneros The Dandy Warhols, Cornell realizará un recorrido por los temas que marcaron su carrera en la agrupación grunge Soundgarden y por su proyecto en conjunto con los ex Rage Against The Machine, Audioslave, además de interpretar canciones de su repertorio como solista.

Nacido en Seattle, cuna del grunge y descendiente de irlandeses, comenzó a tomar clases de piano a los 7 años y luego comenzó a interesarse en grupos como The Beatles y en la música de Alice Cooper.

Cuando sus padres se divorciaron durante su adolescencia, Chris sufrió una fuerte depresión que lo llevó a abandonar el colegio, dejó el piano y tomó la guitarra y la batería.

En 1984, Chris Cornell, Kim Thayil y Hiro Yamamoto forman Soundgarden y, al contrario de lo que se podría pensar, en un principio Cornell tocaba batería y cantaba.

Soundgarden sería uno de los grupos más influyentes de la escena de principios de los 90, con placas tan importantes como “Superunknown”, que contenía temas como “Black Hole Sun” y “Spoonman”.

En 1997, Soundgarden se disolvió pero Cornell ya se había consagrado como un gran vocalista, superando sus problemas con sus cuerdas vocales. Y es que Cornell tiene un registro capaz de alcanzar tonos altos con su voz áspera y también dar con tonos dignos de un barítono.

En su período post Soundgarden, Cornell produjo el disco “Uncle Anesthesia” de Screaming Trees, hizo un cameo y aportó a la banda sonora de la película “Singles” de Cameron Crowe, colaboró en el álbum “Sap” de Alice in Chains y también con Alain Johannes y Natasha Shneider de Eleven (actuales Queens of the Stone Age) , banda creada por Jack Irons y compañía, con quienes lanzó un álbum solista llamado “Euphoria Morning” en 1999.Además, Chris aportó a la banda sonora de la película “Grandes Esperanzas” (Great Expectations) la canción “Sunshower” e hizo una nueva versión de la canción “Mission” para la banda sonora del filme Misión: Imposible II, track que se tituló “Mission 2000”.

En el 2002, Cornell unió fuerzas con los ex Rage Against the Machine Tom Morello, Tim Commerford y Brad Wilk para formar Audioslave, grupo que comenzó como una idea del reconocido productor Rick Rubin, que ya había trabajado con Soundgarden. Fue así, como Cornell recibió un día la visita de Morello junto a Rubin, proponiendo la idea de Audioslave.

El primer disco, “Audioslave” (2002), fue un éxito, con temas como “Cochise” y “Like a Stone”. Luego vino “Out of Exile” (2005), con “Doesn´t Remind me”, “Your Time Has Come” y “Be Yourself”.

El mismo año que sacan su segunda placa, Audioslave se convirtió en la primera banda estadounidense de rock que tocó gratis en Cuba en un recital al aire libre.

El 5 de septiemrbe lanzaron su última placa, “Revelations” (2006), con singles como “Original Fire” y “Revelations”. Al año siguiente, Cornell anunció su retiro de la banda por diferencias musicales y personales, deseando lo mejor a sus compañeros que se reunieron con Zack de la Rocha y Rage Against the Machine para el festival de rock Coachella.

El mismo año, Cornell lanzó su disco solista llamado “Carry On”, que inlcuye títulos como “You Know My Name”, de la banda de sonido de la película “Casino Royale”, el cover “Billy Jean” de Michael Jackson, “No Such a Thing” y “Arms Around Your Love”.

04 diciembre, 2007

Lennon


Un documental aborda la persecución que sufrió Lennon
por parte de Nixon y el FBI.


El filme explora la psicosis gubernamental de EEUU por las actividades del músico. Se pudo
ver en Noviembre en la programación del Festival In-Edit, en Barcelona.

EUROPA PRESS

BARCELONA.- Los directores David Leaf y John Scheinfeld abordan en 'The U.S. vs. John Lennon' la persecución que sufrió John Lennon durante los años 70 por parte del FBI y el presidente estadounidense Richard Nixon.


[foto de la noticia]


El filme explora la psicosis gubernamental de EEUU por las actividades del músico en el momento que estaba más politizado, con una postura pro Panteras Negras y en contra de la guerra de Vietnam. Además, aporta muchas imágenes inéditas del compositor de 'Imagine'.

El director John Scheinfeld ha explicado en Barcelona que Lennon se "enfrentaba de forma directa a todo" y que "sabía perfectamente" que su postura pacifista y contra la guerra de Vietnam "iba a ser polémica" en Estados Unidos.

Sin embargo, Scheinfeld dijo que el músico fue "inocente" con el FBI, ya que "él creía en el sueño americano y no esperaba tal persecución" por parte de la agencia gubernamental. Una inocencia que se repitió con los movimientos universitarios radicales en Estados Unidos que lo "utilizaron".

Scheinfeld ha descrito a Lennon como un idealista en lo político "prefería pensar en las cosas como deberían ser y no cómo eran". Sin embargo, quiso dejar claro que el documental no es una biografía del músico, sino sobre su "relación con el Gobierno".

El director ha destacado que la música en el documental es una de las protagonistas y explicó que de las 40 canciones que componen la banda sonora, 37 son de Lennon y tres de The Beatles. Scheinfeld ha subrayado que algunos instrumentales que aparecen también son de Lennon a los que se le ha suprimido la parte vocal, en los que encontraron "emoción y dramatismo".

John Scheinfeld también destacó que el 75% de las imágenes y fotografías que aparecen en el documental son inéditas, y rememoró una cinta encontrada en Viena dentro de una caja, "me sentí como Colombo".

Este proyecto comenzó a gestarse en 1998, pero no encontró financiación hasta años después tras el 11-S y el inicio de la guerra de Irak, cuando los estudios "empezaron a ver los paralelismos entre los 70 y la actualidad".

El documental se estrenó en EEUU en el otoño de 2006 y Scheinfeld comentó que el público más maduro la vio "con nostalgia" y el más joven "desconocía la persecución" a la que fue sometido Lennon y vio "paralelismos" con la época actual.

La relación entre ambos periodos históricos se preguntó a todos los entrevistados, aunque en el montaje final solo mantuvo el de Gore Vidal, quien afirma que "lo que diferencia a Bush de Nixon es que no le importa lo que la gente piense".

El director dijo que las estrellas del rock actuales siempre tienen a su lado a su abogado o publicista cuando realizan declaraciones por miedo a que revierta en la venta de discos. "John Lennon no tenía a nadie".

02 diciembre, 2007

Chingados...


Los mil usos de «chingar» y 62 formas de apoyar la cabeza.

POR E. RIVERA.GUADALAJARA (MÉXICO).

«Si no hablamos correctamente nos va a llevar la chingada», advirtió el periodista Carlos Loret de Mola a los asistentes, y recordó que la Fundéu no para de «chingar» con el tema del buen uso de la lengua. El periodista Alex Grijelmo, vicepresidente de la Fundéu, narró una misma historia de cuatro maneras distintas y metió en apuros a los jóvenes «chingones» mexicanos, que se las vieron y se las desearon para comprender el «cheli» y se rieron sin pausa con el «burocrañol», el lenguaje universal de los funcionarios. El secretario de la Academia Mexicana de la Lengua, Gonzalo Celorio, agradeció a la Real Academia Española que haya incorporado «españolismo» (giro o modo de hablar propio o privativo de la lengua española) en su Diccionario, lo que a juicio suyo es un gesto «como el retorno de las carabelas». El colombiano Daniel Samper reveló una curiosa máxima que suele aplicar en todo lo que respecta al uso del español: «Creo que el lenguaje es lo mismo que el amor, no pido pureza sino higiene», y el mexicano Juan Villoro les agradeció a los taxistas y peluqueros su perpetua vocación y sus habilidades para renovar el lenguaje que usan más de 400 millones de hispanoparlantes.

Por otro lado, la nueva editorial independiente mexicana Tumbona ha rescatado del olvido el tratado del científico y escritor alemán Georg Christoph Lichtenberg (1742-1799), y reunido en un pequeño libro las 62 maneras de apoyar la cabeza que tiene el ser humano. «Para nosotros es algo semejante al Kamasutra pero en el plano de la melancolía», explicó el editor Luigi Amara durante la presentación junto al incombustible Villoro y Antonio Ortuño. Cada postura ha sido ilustrada con caricaturas de Luis Blackaller de algún escritor o artista famoso que practica o practicó cierta posición: Octavio Paz aparece en la de «la autocomplacencia», con los dedos tocándose levemente el mentón y el codo apoyado en una mesa, y Jorge Luis Borges, en «la impaciente», con la mano haciendo de soporte bajo la barbilla y tapando ligera o completamente la boca.

También quedan definidas con todo detalle: «La meditabunda, con el pulgar de la mano derecha colocado en la sien derecha, el índice en la frente y los demás dedos recogidos sobre el ojo, como una especie de sombrilla», se detalla. Villoro tradujo hace años los aforismos del autor alemán sobre las diversas formas de apoyar la cabeza que ahora desarrolla en forma de texto Antonio Virreynas: «De las partes del cuerpo la cabeza es una de las más pesadas, la que más se tambalea sobre su eje, la que más padece por estar situada en la cima de todo y ser lo que todos sabemos que es: asiento de pesares y complicaciones», señala.

La obra original del Lichtenberg nunca se publicó. Quedó recogida en uno de sus «libros de deshecho» o, según el autor, «libros del alma» de este físico alemán que los consideraba demasiado personales para que vieran la luz. Tumbona, que nace con vocación de combinar a la vez ensayos visuales y literarios, ha ampliado el elenco de posturas hasta más de un centenar añadiendo a la obra original algunas legendarias como la de «El pensador», de Rodin.