Comentarios culturales de un antiguo refugiado chileno de Valparaiso, ahora en Francia, Montpellier y como muchos otros, viviendo de milagritos...
Music is the Best, tal es su lema, aparentemente lo cree y aplica aqui :
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24 junio, 2006

Alejandro Jodorowsky


*El tahúr sonriente*

M. Gregorio González, Diario de Sevilla, 11.06.2006, pág. 56.

JODOROWSKY, Alejandro: Cabaret místico. Libros del Tiempo nº 229, Ediciones Siruela, Madrid 2006. Cartoné, 288 páginas.
ISBN 10: 8478449752 / ISBN 13: 9788478449750. 21,90 euros.

Alejandro Jodorowsky es un chileno sonriente y afable que ha inventado una terapia masiva, un tratamiento inocuo y alegórico al que ha llamado psicomagia. ¿Y qué es la psicomagia?, se preguntarán ustedes. En principio, nada concreto, salvo una mezcla de lugares comunes y naipes del Tarot, acompañados de alguna fábula budista. Según Jodorowsky, con estas conferencias aquí reunidas se busca propiciar una catarsis colectiva, una curación al paso, de la que el paciente salga más optimista y llevadero, como lavado por un agua milenaria. Decía Jean Cocteau, que no se puede esperar nada de una época que ya no cree ni en los magos. Nosotros, sin embargo, tenemos la obligación de preguntarnos qué se espera de un tiempo que sólo cree en Jodorowsky.

Lo bueno de Jodorowsky es su cordialidad, el efecto benéfico de su presencia, fina y apacible. Lo malo, como ya se ha dicho, es el infantilismo de sus tesis, esa danza alegórica en la que entran el mito y la superstición, el chiste y la banalidad taoísta (alguien llamó a estas cosas "japonecedades"). Con lo cual, no le falta razón ni inteligencia a Jodorowsky cuando acude a la carga simbólica, al afán metafórico del hombre.

Lo que ocurre es que ese simbolismo primario, la búsqueda de signos y señales a través del Tarot, es algo que muere en el siglo XVI, toda vez que el mundo se muestra en su infinita variedad, en su vasta y poderosa extrañeza, y no en el cúmulo de correspondencias y similitudes que vertebró el Medievo. Recuerden que fue Jung quien descubre la intimidad del hombre con el mito, esa pervivencia atávica que él llamó "el inconsciente colectivo". Pero el mito es un invariante, una construcción complejísima del alma humana, y las alegorías que ofrece Jodorowsky se mueven entre la obviedad y lo cursi, entre el refranero español y el teletienda. Y claro, así no hay manera de curarse.

Puede que, como dice Jung, la mitología sea la infancia del hombre, y que el mito sea un recuerdo del viejo reptil que fuimos. Quién sabe. Lo que sí queda claro es que aquel saurio ya da conferencias de psicomagia y ha inventado la bomba atómica. O sea, que de reptil, poco. Quiere decirse que puestos a elegir mago, uno prefiere a Juan Tamariz, que une magia y humorismo, inteligencia y destreza. Bien mirado, la psicomagia, como la caridad, empieza por uno mismo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Intelectual, aprende a morir!