Obra visual de Violeta Parra llega al Centro Cultural Palacio La Moneda.
Muestra de carácter internacional contará con 47 piezas -entre óleos, arpilleras y obras en papier maché- y permanecerá abierta al público por cinco años.
Gracias a una alianza conformada por la Fundación Violeta Parra, la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, el Centro Cultural Palacio La Moneda y Minera Escondida (operada por BHP Billiton), hoy se lanzó oficialmente “Violeta Parra: la que viene escondida”, espacio que abrirá sus puertas al público el próximo 8 de noviembre en el Centro Cultural Palacio La Moneda.
Se trata de 25 óleos, 13 arpilleras y 9 obras en papier maché -hasta ahora en manos de la Fundación Violeta Parra- fueron cedidas el año 2006 a este recinto en comodato por ocho años para su restauración, conservación y exhibición, y a partir del próximo mes formarán parte de esta muestra, que permanecerá abierta al público por cinco años.
“Violeta Parra: la que viene escondida” (nombre que hace referencia a los versos de “Paloma ausente”) será expuesta en un espacio especialmente implementado en el primer nivel subterráneo de este recinto (a un costado de “Artesanías de Chile”)- y será organizado en 3 enfoques curatoriales definidos temáticamente. Además, responderá a las condiciones de materialidad de las arpilleras.
El proyecto museográfico -desarrollado por la oficina de diseño Amercanda- incluirá además audio de música y conversaciones, pantallas de video y gigantografías, que actuarán como contexto e introducirán al público en la desconocida faceta plástica de la famosa folclorista, previo al ingreso a las 2 salas en donde se exhibirán sus obras.
Por otra parte, trabajará un equipo multidisciplinario de primer nivel, con el objetivo de lograr resultados de excelencia, con especial énfasis en los procesos educativos.
A la apertura de este espacio se sumará también el lanzamiento de “Violeta Parra: Obra Visual”, libro catálogo editado por la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, gracias al apoyo de Minera Escondida (operada por BHP Billiton), que reúne toda la obra visual de la artista: óleos, arpilleras, y obras en papier maché. Escriben en él ensayos biográficos y pictóricos: Isabel Cruz, Isabel Parra y José Ricardo Morales (128 páginas / 30x30 centímetros / Diseño e impresión: Ocholibros / Edición limitada / Mil ejemplares / Distribución gratuita para las Bibliotecas de todo Chile y personas e instituciones vinculadas al patrimonio, el arte y la educación)
Violeta Parra como artista visual
Violeta Parra es una de las artistas chilenas más universales y una de las más difíciles de catalogar. Es mundialmente conocida por su producción musical (“Gracias a la vida” fue escogida como una de las 10 mejores canciones de todos los tiempos), pero su creación plástica no es menos descollante. Oleos, arpilleras, cerámica y papier maché; cualquier medio le sirvió para encauzar su torrente creativo. La obra de Violeta Parra es cada vez más valorada y su figura se consolida como pilar artístico y cultural a nivel mundial.
A partir del año 1958, Violeta Parra, producto de una hepatitis que la tuvo inactiva por varios meses en su casa ubicada en la comuna de La Reina, comenzó con el bordado de las arpilleras. Fue un arte que desarrolló de modo completamente autodidacta, generando obras que surgen espontáneamente, como sus canciones, de su natural talento.
“Las arpilleras son como canciones que se pintan”, dijo una vez Violeta Parra respecto a la técnica de bordar con lana o hilo sobre rústicas telas. En alguna ocasión lo explicó así: "Las cosas son simples. No sé diseñar, yo invento todo, y todo el mundo puede hacerlo. No sé dibujar y no hago dibujo alguno antes de comenzar mis tapices, sino que voy viendo, poco a poco, lo que debe ponerse. Voy llenando espacios en mis tapices... Y con mis pinturas: ellas están todas en mi cabeza, como mis canciones”.
Su pasión por el territorio chileno y su gente la llevó a recopilar, investigar y difundir nuestras raíces más profundas, devolviéndonos las tradiciones olvidadas: "Me esfuerzo por mostrar en mis tapices la canción chilena, las leyendas, la vida de la gente. Y las ideas que tengo, me parece indispensable decirlas, hacerlas".
Es así, que la más emblemática folclorista y cantora de nuestra historia despliega, en forma totalmente autodidacta, su extraordinaria faceta de artesana y artista visual, realizando pinturas y más tarde cerámicas, esculturas en alambre, máscaras hechas de mosaicos de granos y arpilleras bordadas, desbordantes de formas y colores asociados a significados y sentimientos precisos.
Parte de esta obra, es presentada en París en 1964, cuando Violeta Parra se transforma en la primera artista latinoamericana que instala una muestra individual en el Museo de Artes Decorativas del Palacio del Louvre, algo que se puede considerar una verdadera hazaña.
Anteriormente, Violeta había mostrado sus trabajos en Chile en 1959 y 1960, en la primera y segunda versión de la Feria Chilena de Artes Plásticas, montada en el Parque Forestal. A la muestra de París le siguen exposiciones en Suiza, en Cuba y, más tarde, nuevamente en el Louvre. Luego vendrían Madrid, Nápoles, Estocolmo, La Haya, Buenos Aires, Washington, además de pequeñas exhibiciones en Santiago y otros lugares de Chile en distintos períodos.
La obra visual de Violeta Parra no es oficialmente reconocida en el país hasta 1992, cuando, en el Centro Cultural Estación Mapocho se realiza, por primera vez, una retrospectiva de su trabajo con una muestra de 33 cuadros y tejidos, con una afluencia masiva de público. En el año 2000 el Museo Nacional de Bellas Artes expone sus pinturas y en el año 2006 se expone un grupo de trabajos en la Biblioteca de Santiago, con motivo de su inauguración.
Hoy se cumplen 90 años de su nacimiento, lo que asegura una atención especial y una revalorización al legado de Violeta Parra.
Tras más de una década sin haber logrado un acuerdo con ninguna entidad para la conservación y exhibición de esta importante obra artística -tardíamente reconocida en Chile- la Fundación Violeta Parra encontró en la Corporación Patrimonio Cultural de Chile, el Centro Cultural Palacio de La Moneda y Minera Escondida las garantías para concretar la cesión.
Estas dicen relación -en primer término- con el hecho de tratarse de una fundación sin fines de lucro y la carencia de fines comerciales asociados a la exposición. Así también, como a cualquier uso de las obras, del alto estándar en la conservación y exhibición de las mismas, y el acceso de un público masivo a este patrimonio de la cultura popular. A pesar de las ofertas de instituciones internacionales y de coleccionistas dispuestos a comprar la colección, avaluada en millones de dólares, la voluntad de la Fundación Violeta Parra ha sido respetar la intención primigenia de la artista y legar su obra a todos los chilenos.
La llegada de la obra plástica al Centro Cultural Palacio La Moneda -donde será exhibida en forma permanente- asegura un acceso masivo y gratuito de la comunidad, por donde circulan diariamente un promedio de 3.000 personas.
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