La consagración de los Arctic Monkeys
La banda de Sheffield tiene una distante relación con la prensa. |
Para ser una ceremonia de premios que muchas veces consagra a ganadores inesperados, fue aún más extraño ver que el premio Mercury 2006 cayó en manos de los firmes favoritos: los Arctic Monkeys.
El anfitrión de la ceremonia, Jools Holland, simuló sorpresa cuando abrió el sobre que los declaraba los absolutos ganadores de una de las ceremonias de premios más prestigiosas de la música británica.
La banda, proveniente de la ciudad de Sheffield en el norte de Inglaterra, había sido la favorita para alzarse con el premio a su álbum "Whatever People Say I Am, That's What I'm Not" desde que las nominaciones a los premios fueron anunciadas en julio.
Pero, a menudo, los jurados del premio Mercury han ignorado a las bandas que parecían las favoritas y en cambio, en los últimos años, habían elegido a candidatos menos obvios, como Antony and the Johnsons y Dizzie Rascal.
Seleccionado por un panel de expertos en la industria, periodistas y artistas, el premio es conocido por preferir originalidad y creatividad más que éxitos de venta.
Al aceptar el premio, el cantante de los Arctic Monkeys, Alex Turner, reconoció esto: "Por lo general, (el premio) no va a una banda que ha vendido tanto álbumes como nosotros".
"Pero estamos muy contentos con esto".
Y añadió: "Lo único que tratamos de hacer son buenas canciones".
No convencional
El premio Mercury es la culminación del ascenso meteórico de la banda, que ganó premios Brit y NME y entró en la historia de la música británica por contar con el álbum debut que más rápido vendió jamás.
Los Arctic Monkeys tuvieron que ganarle a artistas establecidos como Thom Yorke. |
Pero una actitud poco convencional y rebelde también los ha llevado a negarse a firmar un contrato con una de las grandes empresas discográficas y a no asistir a la entrega de los premios Brit, para lo que filmaron un falso discurso de aceptación.
Su reacción el martes por la noche al ganarle a artistas como Thom Yorke -cantante de Radiohead- fue típica.
"Que alguien llame a la policía: ¡le robaron a Richard Hawley!", bromeó Turner cuando recibieron el premio, en referencia a su colega Hawley, quien estaba nominado por su colección de baladas con guitarras.
Reticentes
La reticencia de los Arctic Monkeys para con los medios de comunicación hizo creer que no asistirían a la conferencia de prensa que se llevaría a cabo después de la ceremonia.
Cuando sí aparecieron, estaban en un humor extraño. A la primer pregunta, sobre qué significaba para ellos haber ganado este premio, respondieron sarcásticamente: "Esa es una pregunta muy original".
Cuando se les preguntó porqué no habían actuado durante la ceremonia, le dijeron al periodista que también debería averiguar porqué la banda Muse -también nominada- tampoco tocó.
Y más tarde se negaron a responder las preguntas que pensaban que habían respondido.
Los periodistas, irritados, les preguntaron porqué se niegan a dar entrevistas.
"Porque no hemos tenido que hacerlo; somos buenos haciendo otras cosas", respondió Turner.
"Fantástico"
El baterista Matt Helders bromeó que estaban haciendo un "experimento social" que demostraba que se podía tener éxito sin otorgar entrevistas.
Alex Turner, el cantante, dijo que ganar el premio fue "fantástico". |
En un extraño momento de confesión pública, Turner admitió que recibir el premio era "fantástico".
"Nos lo merecíamos porque nuestro álbum era el mejor", dijo.
El presidente del jurado de los Mercury, Simon Frith, le dijo a la BBC que el álbum combinada "una energía musical fantástica... y fantásticas canciones".
"Hace que uno se de cuenta dé que todavía se puede tomar la canción pop y usarla para escribir sobre la vida en maneras que son creativas, divertidas, emotivas, agresivas -el tipo de cosas que haría un novelista", dijo Frith.
"¿Qué más se puede pedir?"
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