UNA EXPOSICIÓN RECOGE RECUERDOS HISTÓRICOS
Dylan graba sus temas de 1965. (Foto: The Morgan Library & Museum)
NUEVA YORK.- 'Bob Dylan's American Journey, 1956-1966' es una muestra exhaustiva que celebra la primera década en la carrera de Dylan. Raras guitarras, fotos de un jovencísimo trovador, incluso el tambor que supuestamente inspiró las visionarias metáforas de Mr. Tambourine man, integran la exposición de la Morgan Library, en pleno corazón de Manhattan.
La exposición presenta al público los años en los que Dylan lideró la cultura popular. Repasa sus inicios como austero trovador folk. Indaga en la vertiginosa transformación sufrida por quien soñaba con emular a Little Richard y terminó escribiendo versos y acordes de una modernidad imbatible. No olvida su prodigioso año y medio: entre 1965 y 1966 entregó la trilogía definitiva del rock ('Bringin' it all back home', 'Highway 61 revisitated', 'Blonde on blonde').
Mientras los Beatles cantaban ligeras tonadas adolescentes el hombre de las gafas tintadas se descolgó con 'Like a Rolling Stone', un abrasador, turbulento 'single' de seis minutos. Su duración, considerada imposible entonces, fue superada poco después por los 14 minutos de su 'Sad eyed lady of the lawlands', prodigiosa balada que ocupaba toda una cara del 'Blonde on blonde'.
Cuantificar a estas alturas la influencia ejercida por Dylan resulta imposible. Sus diez canciones más versioneadas superan las 1787 revisiones (sólo 'Blowin' in the wind' ha conocido más de 375). Existen miles de libros consagrados a su obra. Es el artista más pirateado de la historia (y 'The great white wonder', el disco de 1968 que mostró sus por entonces secretas grabaciones junto a The Band, el primer pirata de todos los tiempos). En Internet existen páginas donde los fans reseñan sus conciertos casi en directo. Desde 1996 su candidatura suena insistente para el Nobel de Literatura. Cada año cientos de especialistas en literatura celebran congresos para glosar su obra. Kris Kristofferson dijo un día que "Bob Dylan es como Einstein. Como un disparo divino".
Sin duda es el año Dylan. 'Modern Times', su último disco, ha sido acogido como una nueva obra maestra, la tercera consecutiva tras 'Time out of mind' y 'Love and theft'; además, alcanzó el número uno de ventas en las listas americanas, estableciendo dos records: ser el artista más longevo en alcanzar la cumbre de Bilboard (65 años) y el único cantante que consigue la hazaña tras 35 años de exilio (su último número uno fue Desire, de 1975).
Documentales, musicales y autobiografías
A finales del pasado año Martin Scorsese estrenó 'No direction home', un apabullante documental que repasaba los años mágicos del venerado autor. En septiembre de 2005 apareció 'Chronicles', primer volumen de la autobiografía escrita por el propio Dylan, un éxito de ventas (lideró durante semanas la lista de bestsellers del New York Times) saludado por la crítica con fervorosos comentarios.
El 26 de octubre la coreógrafa Twila Tharp estrena en Broadway 'The times they’re changing', musical construido sobre algunas de las canciones de Dylan. Si bien existen dudas acerca del resultado final, las entradas están agotadas para varios meses y el artista ha dicho que es "la mejor presentación de mis canciones que jamás he visto o escuchado en ningún escenario".
Theme time radio hour, el programa semanal en el que Dylan ejerce como pinchadiscos, estrenado en XM Radio la pasada primavera, avanza hacia los diez millones de oyentes, algo bastante reseñable dado que su emisión es de pago y la dieta sonora que ofrece se compone, en su mayoría, de blues, country y jazz, rock primigenio y otras picantes especias del cancionero estadounidense. Finalmente Todd Haynes (Lejos del cielo) ultima 'I'm not there', el biopic sobre Dylan protagonizado por Cate Blanchett, Heath Ledger, Richard Gere, Julian Moore, Christian Bale y Charlotte Gainsbourg. La película será estrenada en el próximo festival de Cannes.
El artista, entre tanto, prosigue su 'Never ending tour', con casi 150 conciertos anuales. La gira interminable arrancó a finales de los ochenta. Repleta de instantes asombrosos y sonoros planchazos presenta hitos como el del recital de Toad's Place, en New Haven, Connectituc. Un imprevisible Dylan tocó aquella noche más 50 canciones en un set que alcanzó las cuatro horas y media (de las 20.45 a las 02.20). 700 afortunados fans asistieron al prodigio.
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