Comentarios culturales de un antiguo refugiado chileno de Valparaiso, ahora en Francia, Montpellier y como muchos otros, viviendo de milagritos...
Music is the Best, tal es su lema, aparentemente lo cree y aplica aqui :
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18 marzo, 2006

La nueva Sodoma

El antiguo Barrio Chino de Valparaíso está convertido en el centro de la "movida bisexual", donde las discotecas se llenan de jóvenes que dan rienda suelta a sus instintos pasionales sin complejos

Por Ajenjo Verde



Fotos de Litre Rojo

Un travesti con sus brazos y piernas llenos de cicatrices baila sobre un cubo de una discoteca en el Barrio Chino de Valparaíso. En el subterráneo de ese mismo recinto, en una jaula de fierro, tres jóvenes danzan frenéticamente. Son las famosas fiestas bisexuales que se realizan todos los fines de semana en diversos locales nocturnos y que actualmente son la moda para los jóvenes carreteros.

Los principales recintos que están cultivando esta radical forma de diversión son Cherry, La Secta, Pagano y One Way, todos ubicados a escasas cuadras, entre Blanco y Errázuriz, y semanalmente se llenan de una particular fauna de jóvenes entre 18 y 25 años, que con un estilo marcado por una ambigüedad sexual están liderando la nueva bohemia porteña.

LA HISTORIA

Este tipo de carrete nació a principios de la década del 90, cuando la ya mítica discoteca Blondie, en Santiago, comenzó a realizar fiestas que rompían con todas las normas establecidas.

La nueva democracia chilena trajo consigo un pequeño destape, que se proyectó en estos eventos donde llegaron jóvenes punkies, new wave y los primeros góticos, que escuchaban música de The Cure, The Romantics, The Smiths, Culture Club y toda la música inglesa que estaba ligada indirectamente a movimientos de reivindicación homosexual.

Las fiestas en la Blondie se hicieron famosas por la presencia de travestis, transexuales y un verdadero zoológico humano que, disfrazado, llegaba los fines de semana a celebrar el cumpleaños de Madonna o a disfrutar de una fiesta de vampiros y zombies. El nombre de la discoteca santiaguina empezó a convertirse en sinónimo de popularidad y negocio y fue adaptado como una moda por los empresarios de la diversión.

Uno de los primeros centros de este tipo en Valparaíso fue Dr. No, que posteriormente derivó en la actual discoteca Pagano, que se ha convertido en todo un referente de la movida porteña donde la libertad sexual es la protagonista esencial del carrete juvenil.

CHERRY

La discoteca que ahora podría catalogarse como "la nueva Sodoma" es Cherry, que semanalmente reúne a cientos de muchachos que salen en busca de una fiesta que se publicitan abiertamente como "be-sexual". En ese mismo recinto funciona La Secta, lugar de reunión de jóvenes que cultivan la oscura onda dark y gótica y que completamente disfrazados bailan al ritmo de la música de Marilyn Manson y Rammstein.

Junto al reportero gráfico entramos a la medianoche de un viernes a Cherry, cuando se celebraba una fiesta en honor a Madonna.

La entrada costó 2.500 pesos por persona y daba derecho a un trago o cerveza. Los guardias de seguridad son muy estrictos a la hora de pedir carnet de identidad a jóvenes que por su físico no representen los 18 años que se exige para ingresar.

Adentro las paredes son rosadas y hay una gran barra con todo tipo de tragos. A las mujeres les regalan dulces y brazaletes fosforescentes. A diferencia de las discotecas puramente gay, aquí hay una fuerte presencia de mujeres, sin embargo muchas de ellas son lesbianas o bisexuales.

El promedio del público es de 20 años de edad y muchas parejas de hombres bailan, se besan y tienen acalorados encuentros amorosos en la pista, sin recibir las quejas de nadie. Hay una sala más pequeña que toca música latina como Los Prisioneros y Soda Stereo. La gente adulta que se pasea por Cherry es muy poca.

Uno de los momentos más intensos de la noche lo protagonizan un travesti, que exhibía cicatrices de cortes en sus brazos y piernas, y una pareja que besaba al curioso personaje en medio de los gritos del público.

LA SECTA

Para llegar a La Secta hay que bajar una escalera que dirige hacia un subterráneo. El local está ambientado como una casa del terror, donde candelabros, signos extraños y una jaula de fierro, conforman el gran decorado.

Aquí todo es negro y los personajes que circulan están sacados de antiguas películas de terror. Muchachos con trajes góticos, caras totalmente maquilladas y mujeres vestidas con portaligas y corsé toman sus tragos, bailan y conversan relajadamente.

En La Secta la música es más violenta y fuerte que en el Cherry y hay una sala especial para bailar conocida como "Ritual Room". Cerca de las tres de la mañana tres jóvenes se meten a una jaula de fierro instalada en el lugar y bailan furiosamente. El ambiente aquí también es una ambigüedad sexual intensa y muchas veces los hombres y las mujeres se confunden por el exceso de maquillaje que ambos sexos utilizan.

A las cinco de la mañana todo se termina y la mayoría de la fauna juvenil se retira a las casas de sus padres o a pensiones universitarias para retomar la rutina de la semana en forma completamente normal.

2 comentarios:

Joe el Misterioso dijo...

Oh tempora, oh mores...

Anónimo dijo...

TENGO QUE ACOTAR
QUE EN CHERRY SI HAY MUCHA AMBIGÜEDAD DE SEXO...SIN EMBARGO EN LA SECTA ESTO SOLAMENTE SE VE EN LAS MUJERES YA QUE LA SECTA ES UN LOCAL DE ENCUENTRO NEONAZI POR LO QUE ENCONTRARSE CON UN GRUPO DE 6 O MAS NS NO ES ALGO RARO