Homenaje a Violeta Parra

Ella fue una mujer de mucho carácter. Lamentablemente se suicidó por supuestas penas de amores imposibles José Antonio Escobar

Una artista completa, una mujer de carácter, cuyo arte está lleno de dramatismo.

Así define a Violeta Parra un joven guitarrista que acaba de estrenar en Londres una sonata inspirada en la artista chilena. Con esa obra, el guitarrista José Antonio Escobar, también de Chile, abrió este martes el festival de guitarra en el Bolívar Hall de la capital británica.

La obra, compuesta por Juan Antonio Sánchez, busca ser un homenaje a la mujer que Escobar define como la personificación del folclore, una música completa y una gran investigadora.

Escobar, quien ha ganado varios galardones internacionales, incluyendo el primer premio en la Competencia Francisco Tárrega en España, conversó con BBC Mundo e interpretó en los estudios de la BBC la primera parte de la sonata en homenaje a Violeta Parra.

Escuche la primera parte de la sonata en homenaje a Violeta Parra

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¿Cómo surgió la idea de esta pieza sobre Violeta Parra?

Es un proyecto que llevamos haciendo ya desde hace dos años con Juan Antonio Sánchez, el compositor. Él generalmente hace piezas mucho más cortas, de tres o cuatro minutos máximo.

¿Cuánto dura esta obra?

Alrededor de 15 minutos. Lo que interpreté ahora en el estudio es sólo la primera parte. Son cuatro secciones unidas, inspiradas en las anticuecas de Violeta Parra. Juan Antonio trata de plasmar su influencia del folclore chileno y de la misma Violeta Parra.

¿Cuál es esa influencia? ¿Qué representa Violeta Parra para un músico joven como José Antonio Escobar?

Escobar estrenó mundialmente la sonata en el Bolívar Hall de Londres.

La personificación del folclore. Ella era una música completa y una gran investigadora. Además de componer canciones, tocaba la guitarra, era una gran poeta, de hecho, era hermana de Nicanor Parra, el gran poeta chileno.

Ella vino de una familia muy creativa, todos eran artistas. Hay que recordar también que ella además era arpillera, es decir, hacía telares artesanales con diseños muy abstractos para los que hay tener una técnica muy especial. Fue creo la primera chilena que expuso en el museo Louvre en París.

En tu interpretación de esta obra sobre Violeta Parra, ¿que querías trasmitir?

Ella fue una mujer de mucho carácter. Su vida fue muy romántica. De hecho, ella lamentablemente se suicidó por supuestas penas de amores imposibles, platónicos. Yo creo que su arte está lleno de ese dramatismo.

También hay una parte que tiene que ver con la lucha social, las injusticias del mundo se plasman muy bien en su música y sus letras.

Esa cosa un poco nostálgica y un poco triste, muy también del carácter del chileno.

¿Cómo así?

El chileno, yo creo, en comparación con sus pares latinoamericanos, es un poco más triste, más silencioso. Puede ser una cuestión climática, ya que es un poco más frío que el resto de Latinoamérica. Chile creo, es más triste, sin dejar al mismo tiempo de tener un carácter picaresco, y eso se plasma también en la música de Violeta Parra, que tiene algo de sarcástico y burlesco.

El dramatismo al que te referías parece también estar muy presente en la obra que interpretaste aquí en los estudios de la BBC.

Yo creo que llegó un momento en que Violeta Parra ya no tenía más palabras para expresar lo que sentía y necesitó romper con las reglas

Sin duda. Y por otra parte, musicalmente hablando, esta obra está muy influenciada por las anticuecas de Violeta Parra, que son un experimento de ella.

Anticuecas no significa estar en contra de las cuecas, sino ir más allá del sentido racional concreto de la cueca, ver la parte más inconsciente, el lado oscuro, la parte más surrealista y onírica.

Ir al inconsciente de la danza y el ritmo. Yo creo que llegó un momento en que ella ya no tenía más palabras para expresar lo que sentía, y necesitó romper con las reglas. Porque la cueca en sí conlleva a respetar un ritmo, un tempo, una estructura formal.

Ella rompe con eso y se deja llevar por su imaginación y su creatividad.

Ella como folclorista no escribía música, así que por suerte alguien la grabó y quedó el documento. Y hace cerca de diez años un grupo de musicólogos y un guitarrista llevaron la grabación al papel.

Esta pieza acaba de ser estrenada mundialmente en Londres. ¿Cuál ha sido la reacción del público?

Creo que les ha gustado mucho. Como es una obra tan influenciada por las anticuecas, yo me preocupé por tocar, antes de la sonata inspirada en Violeta Parra, las anticuecas, para que la gente conociera a Violeta Parra. Y antes de éstas, toqué una cueca, para que la gente conociera lo que es la danza en su estructura formal lo más posible.

Hablemos un poco sobre tu trayectoria. ¿Cuánto hace que te dedicas profesionalmente a la guitarra?

Este año cumplo veinte años tocando la guitarra. En mi familia la música siempre fue muy importante.

Tengo 32 años y este año cumplo veinte años tocando la guitarra. Primero estuve cantando con la guitarra un par de años. En mi familia la música siempre fue muy importante. Mi abuelo tocaba violín, mi mamá el piano, mi papa guitarra. Él me enseño un poco mis primeros pasos.

Luego entré al conservatorio de Santiago, estudié con Ernesto Quesada, estudié luego en Alemania y también enseñé allí. Y luego volví a mi país a devolver un poco la mano que me habían echado gracias a una beca del gobierno de Chile.

¿Cómo es el día a día de un guitarrista?

Cuando hay muchos conciertos no bajo de seis horas diarias de práctica. Pero en general no bajo de tres o cuatro horas diarias. Me gusta mucho también enseñar y componer, experimentando.

Precisamente, mirando al futuro. Con las opciones electrónicas que existen, sigues eligiendo la guitarra clásica. ¿Pensaste en la posibilidad de cambiar?

Después de veinte años tocando la guitarra española o clásica, lo que aún quiero seguir haciendo, desde hace algún tiempo he tenido ganas de experimentar con nuevos instrumentos, como la guitarra eléctrica o la guitarra midi.

Y estoy muy interesado en eso. Creo que la tecnología ayuda mucho a la creatividad. Tengo una guitarra midi y creo que es fantástico poder tocar algo que suena como una trompeta. El sonido de la guitarra es en general un sonido muy corto, la onda baja rápidamente. En cambio, la sensación de tener un sonido mucho más largo como un instrumento de viento o un instrumento de arco, te abre tu mente y tus posibilidades creativas.