Infamante Electra

Raúl Ruiz, Héctor Noguera y Benjamín Galemiri coinciden en montaje

Obra “Infamante Electra” lleva al espectador a recorrer y reflexionar en torno a un abanico completo de tópicos presentes en la sociedad actual.

A partir del miércoles 17 de mayo, la Corporación Teatro Camino presentará uno de los estrenos más esperados de la temporada teatral 2006: “Infamante Electra”, montaje dirigido por el galardonado cineasta chileno, Raúl Ruiz.

La obra, cuya temporada se extenderá hasta el mes de julio, cuenta con las actuaciones de Héctor Noguera, Amparo Noguera y Óscar Hernández.

Con texto escrito por el destacado autor nacional Benjamín Galemiri, “Infamante Electra” lleva al espectador a recorrer y reflexionar en torno a un abanico completo de tópicos presentes en la sociedad actual.

El letal poder de las palabras, la manera como se construyen y destruyen los mitos sudamericanos, la idea sobrevalorada del poder, y su relación con la libido, los instintos incestuosos o edípicos presentes en el ser humano, y el deseo de sublevación de la mujer en los lenguajes de poder frente al hombre, que esconden las faltas de la emoción y el deseo de venganza que hay en cada una de ellas, como Electra.

“Infamante Electra” presenta la historia de Joshua Halevi (Héctor Noguera), un ex senador de la República desaforado recientemente por reiteradas acusaciones sobre delitos y fraudes fiscales. Este ex honorable, que alguna vez fue un paladín de la lucha contra la dictadura e inevitable galán, enfrenta ahora el desprecio de todas las esferas del poder.

Como en una tragedia impura y espesa, sólo su hija, la brillante abogada Dafne Halevi Toledo (Amparo Noguera), y que suena como posible ministra de Justicia del nuevo gobierno encabezado por una mujer, decide defenderlo.

Como en una versión moderna de Electra, Dafne viene a vengar y mitigar las acusaciones contra su padre, a enfrentar el desprecio de los abominables medios de comunicación y a aclarar su propia sentencia sobre su antes, displicente padre.

Esta defensa de Dafne, o de la moderna Electra, tiene un alto precio moral para su odiado y amado padre, la revelación de un tenebroso secreto familiar que sacudirá a todo el mundo y especialmente el alma de la incorruptiblemente desolada y carente de madre, Dafne Electra.

El relato es llevado por un presente narrador (Oscar Hernández), cual señor Corales entre música y silbato, entrega las pautas necesarias para que el espectador lleve a cabo su viaje a través de la simbólica atmósfera generada por Ruiz.

Los personajes juegan en un mismo espacio escénico, diseñado por Rodrigo Basáez, donde confluyen físicamente mundos tan diversos como la religión judía, el Chile pícaro y el concepto de circo.