« Siempre me he considerado un compositor de dormitorio »
Por Jesús Lillo, ABCD.
Quizá sea el aislamiento lo que ha permitido que Viny Reilly mantenga desde hace ya un cuarto de siglo la pureza del sonido de The Durutti Column, banda monoplaza que a pesar de la lluvia, a veces ácida y corrosiva, caída desde su debut sobre los campos de cultivo del pop continúa ejecutando asombrosas variaciones sobre el mismo patrón. Reilly se ha mojado en casi todas las tormentas, pero sin llegar a empaparse: sus álbumes han ido incorporando y desechando ingredientes secundarios que no han modificado la sustancia melódica que da continuidad a su obra, a la que ahora añade Keep Breathing, penúltima curva de una espiral que sigue girando alrededor de la guitarra que roza uno de los mejores intérpretes de la historia del rock.
De nuevo solo, encerrado en una pequeña habitación, Reilly graba y envasa otra obra maestra, en la que aparecen samples, distorsión, ecos africanos, viejos coros infantiles, folclore hebreo e incluso secuencias vaqueras, ruido de fondo y de ocasión para ambientar su enésimo giro hacia el epicentro de su obsesión creativa. «No sé cómo trabajan todos esos jóvenes que viven rodeados de ordenadores en reducidos estudios caseros, pero yo siempre me he considerado un compositor de dormitorio. Creo que la soledad es necesaria para escribir canciones, y también para grabarlas», comenta a ABCD Reilly, uno de los personajes más huidizos del rock británico, exiliado voluntario de su propia generación y de los sucesivos movimientos que ha visto brillar y apagarse a lo largo de los años.
«Todo lo que escuchamos -sigue el compositor de Manchester- nos afecta de una u otra manera, hasta el punto de que la identidad de la música no pasa de ser una extraña coincidencia. Aunque en mis álbumes se puedan encontrar rastros de diferentes corrientes musicales, mis canciones no tienen una forma concreta, e incluso pueden llegar a ser deformes... Creo que la música es algo personal, al menos para mí, y aunque mis canciones sean de baja calidad, al menos siempre resultarán sinceras». «No soy más que un compositor que, quizá de forma accidental, escribe obras para guitarra... No hay premeditación alguna, en mi caso, para sonar de una manera específica», añade el autor de The Guitar And Other Machines.
Art Tatum, cuya obra trató de seguir Viny Reilly en sus comienzos profesionales, antes de abandonar el piano y hacer de la guitarra su animal de compañía, vuelve a ser reivindicado -«Tatum fue considerado en su día como un instrumentista virtuoso, pero su obra hay que considerarla como la de un auténtico creador... Su habilidad para componer aún me sigue sorprendiendo», dice Reilly- en un disco que, pese a manifestar mayor agresividad eléctrica que anteriores trabajos de su autor, mantiene la calma en piezas que rozan lo religioso, como un Agnus Dei que el músico de Manchester, seducido por el sonido de las palabras latinas y sagradas y del todo ajeno a su significado, transforma en oración pagana, «una especie de rezo pacifista», comenta.
Aunque Reilly le eche en este disco un pulso, a veces violento, al programador Ben Roberts, único acompañante que lo secunda en el estudio de grabación, su tacto con las notas y las palabras -«Hay canciones que necesitan una melodía vocal que facilite su escucha y las humanice; cada canción termina por convertirse en su propio sonido», comenta- vuelve a marcar el desarrollo de un disco en el que se suceden monumentos instrumentales tan sobrecogedores como Waiting, la aflamencada Lunch, la enamorada y febril Let Me Tell You Something y cuatro piezas -Nina, Maggie, Helen, Neil- con nombre propio, una constante en la obra de Viny Reilly, quien antes de cerrar definitivamente la conversación asegura que «son las personas las que me inspiran; por eso utilizo sus nombres».
1 comentario:
Hace ya algún tiempo que sigo a este tipo y estoy fascinado todavia desde el dia que empecé a disfrutar sus obras maestras, es un genio en crear piezas que te acompañan durante todas las épocas...Me parece fantástico este nuevo disco, vaya como todos y bueno darte la enhorabuena por redactar unas cuántas línias acerca de mi estimado Vini Reilly. Porque se escribe poco acerca de él por estos lares. Saludos, victor
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