Comentarios culturales de un antiguo refugiado chileno de Valparaiso, ahora en Francia, Montpellier y como muchos otros, viviendo de milagritos...
Music is the Best, tal es su lema, aparentemente lo cree y aplica aqui :
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21 marzo, 2006

H. P. Lovecraft



H. P. LOVECRAFT. Más allá del gótico:

El horror de Providence

Andrés Valenzuela Turner , El Mercurio, Santiago



El quiebre de la razón, el miedo a lo desconocido y la violación de las leyes de la naturaleza, base del terror lovecraftiano, han fascinado a los creadores chilenos desde Serrano, en la literatura, a Villarroel, en el cine.

El 15 de marzo de 1937 moría
H. P. Lovecraft. El tipo de aniversario perfecto para recordar a quien es considerado uno de los maestros de la literatura de terror del siglo XX.

El género del terror tradicionalmente ha sido relegado a un lugar secundario en la literatura. Se le mira en menos, y salvo por contadas excepciones no cuenta con el beneplácito de los "intelectuales". De entre aquellos que se erigen como los maestros respetados de lo macabro y siniestro destacan particularmente dos: Edgar Allan Poe y Howard Phillip Lovecraft.

El primero puede considerarse como el más grande del terror gótico, oscuro e inquietante, de recursos sutiles y en cierto sentido poéticos. El segundo, también norteamericano, fue el gran renovador del género. En sus relatos el miedo ya no proviene de los morbosos encuentros con cadáveres, espectros o del contacto con el más allá. Lovecraft buscaba la fobia del hombre ante la revelación de no ser nada en un universo infinito y amoral, más allá de su razón. Su idea central, decía, era que "antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsadas, pero viven aún en el exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra".

No es raro que H. P. Lovecraft terminase inmerso en el mundo fantástico del terror. Nacido en 1890 en una acomodada familia de Providence, Rhode Island, desde pequeño su vida fue todo menos normal. Su padre murió demenciado cuando él tenía ocho años y su madre, que hasta los seis lo vestía como niña, se tornó extremadamente sobreprotectora. Desde pequeño le inculcaron la creencia de descender de una aristocracia superior inglesa, lo que se reflejaría en su marcada xenofobia y su desprecio por su propia época (incluso sentía disgusto por la independencia norteamericana).

Influido por su abuelo, única figura masculina del hogar (formado por sus tías y su madre), se acercó a la literatura gótica. Sus primeros relatos, escritos a los siete años, ya mostraban su gusto por las historias árabes, el paganismo grecorromano (levantaba altares a los dioses griegos) y la literatura del siglo XVIII.

Creador de monstruos

Pese a provenir de un hogar religioso, Howard fue siempre un acérrimo ateo. De hecho, su gusto por las tradiciones antiguas provenía de su desprecio por los mitos judeocristianos. Para él, ambos eran igualmente falsos, pero al menos lo pagano era más interesante y entretenido. Tal vez eso lo llevó a crear su propio panteón de dioses ancestrales y terroríficos.

Enclenque, feo y aislado, Lovecraft se crió lleno de carencias y miedos. Le tenía pavor al mar, fobia al sexo y horror a la gente. Su educación fue continuamente interrumpida por las enfermedades y jamás logró entrar en la universidad. Así, se convirtió en escritor freelance y colaboró en numerosas publicaciones, sobre todo del periodismo amateur. En ello le ayudaron sus conocimientos autodidactas en astronomía, química y geografía.

Pasó mucho tiempo en que su producción literaria se limitó a la poesía y las colaboraciones. Su regreso a la ficción, que no escribía desde El alquimista (1908), no fue sino hasta 1917, cuando, influido por Poe y Lord Dunsday, y abandonando su estilo dieciochesco, escribió Dagon. Aún mostraba signos del estilo gótico, pero ya se manifestaba el inicio de su mundo propio, plagado de pesadillas cósmicas y cultos innombrables.

Lovecraft fue madurando su estilo, y sus "mitos de Cthulhu", como se ha denominado el mundo que creó en sus relatos, fueron alejándose más y más de la ficción gótica para adentrarse incluso en la ciencia ficción. El Color que cayó del cielo (1927) y La llamada de Cthulhu (1926) son muestras de la apertura creativa y humana del autor. La muerte de su abuelo y de su madre había obligado a Howard a ponerse en contacto con el mundo exterior que tanto aborrecía. La comunicación, sin embargo, le vino bien y se convirtió en uno de los mayores escritores de cartas del siglo XX. El abundante y extenso trabajo epistolar llegó a formar el "círculo de Lovecraft". Junto a autores como August Derlet y Donnald Wandrei (quienes se encargarían de publicar póstumamente los relatos de su amigo, que sólo logró publicar en revistas como "Weird Tales"), con quienes desarrolló su mitología propia, añadiendo seres de nombres tan espantosos como sus aspectos: Yog-Sothoth, Cthulhu, Azathoth, Nyarlathotep, Hastur.

El fracaso de su matrimonio de 1924 con Sonia Greene y su paso por Nueva York lo marcaron profundamente y tornaron sus cuentos y su vida más amarga que nunca. Finalmente se fue deteriorando, aislándose en su mundo de sueños y pesadillas, que era lo único que lo animaba a seguir viviendo, hasta que murió en 1937 de cáncer intestinal.

El legado de Lovecraft, sin embargo, cobró vida tras su muerte. Sus textos son fáciles de encontrar en cualquier librería, abundan las películas basadas en sus cuentos (la mayoría muy malas), se pueden encontrar desde peluches hasta cómics sobre sus mitos y las universidades están llenas de jóvenes que reviven el mundo demencial de autor en juegos de rol.

Horrores criollos

Entre los chilenos también podemos encontrar autores "lovecraftianos". El más importante, sin duda, es Miguel Serrano, quien escribió Quién llama en los hielos en 1959. Tanto la temática -mundos terribles congelados en lo profundo de la antártida, que albergan seres ancestrales y horrendos- como el estilo barroco y lleno de descripciones nauseabundas lo convierten en un digno sucesor de En las montañas de la locura (1931). De hecho, es tal la importancia de la obra de Serrano, que se le considera, junto a En las Montañas... y Las aventuras de Arthur Gordon Pym, de Poe, como una de las tres mayores obras de ficción sobre el continente helado.

Otro autor "lovecraftiano" chileno es Hugo Correa. El que merodea en la lluvia (1961) pareciese un homenaje desde el título, tan parecido a El que susurra en la oscuridad (1930), y la trama es prácticamente una chilenización de El color que cayó del cielo: un ser extraterrestre que aparece en el mundo rural y lo atormenta con horrores cósmicos.El cine chileno, con su reducidísimo espectro de géneros, también le ha hecho un espacio al terror. De hecho, el primer mediometraje de horror fue Chilean Gothic (2000) -de Gilberto Villarroel-, basado en El modelo de Pickman, de Lovecraft. "Una historia de monstruos que mataban sin dejar huellas y que quedaban impunes me hacía mucho sentido en el Chile de 1995 -comenta el cineasta-, donde la realidad ofrecía situaciones parecidas". Actualmente trabaja en una serie para la TV, en la que incluirá Wedangütun, una adaptación libre de El color... ambientada en Ralco.

El que también ha prometido una adaptación para la pantalla grande del escritor es Rodrigo "Pera" Cuadra, quien se reconoce fanático de sus escritos. Es común que las letras de su grupo metalero Dorso incluyan referencias a las abominaciones ancestrales de los mitos de Cthulhu. Siguiendo en la línea del gore, con abundante sangre, tripas y, paradójicamente, sexo (pese al terror que Lovecraft le tenía), el "Pera" trabaja en Fatídica Misteriosa, que recoge elementos de Dagon, y La sombra sobre Innsmouth (1931), claros reflejos de la fobia al mar, repletos de cultos impíos y dioses de los abismos.

Así, con cultores (y cultistas) en todos lados y sus obras más vigentes que nunca en un mundo dominado por el terror, H. P. Lovecraft parece hacerles honor a los versos que dedicó a sus "primordiales": "No está muerto lo eternamente puede yacer,/ y con los extraños eones incluso la muerte puede fallecer".

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2 comentarios:

LeSs dijo...

Hola!
Lei tu post en mi blog , asi que me meti a leer por aqui...
La verdad no soy una gran fans de Lovecraft, siempre me a gustado más Asimov, me encanta la ciencia ficción (talvez por eso estudio física, si algo de lo que asimov predijo sucede me gustaría ser la primera en saberlo!)
También me gusta Poe; pero tengo un amigo que le encanta Lovecraft, he leído varios cuentos y la verdad son muy buenos!
Bueno seguiré leyendo por aqui
Saludos de la porteña buena moza!!

Joe el Misterioso dijo...

Seguro, a mi también me gusta leer ciencia ficción... pero en el caso de Lovecraft o Stephen King, es mas bien horror y fantastico, o sea no es el mismo estilo o généro literario.

Hay otro muy bueno también, un inglés : Brian Aldiss... hizo una excelente trilogia.

Salufos y gracias por la visita..!